Adelanto de la nostalgia en la JDT y la táctica del avestruz del Partido Nacional

Como es costumbre todas las semanas, los días jueves se realiza la sesión ordinaria de la Junta Departamental de Tacuarembó. Este jueves 23 de agosto no fue la excepción, pero sucedieron dos hechos que signaron la misma.

Luego de terminada la sesión (que transcurrió dentro de los carriles normales) nos retirábamos con algunos compañeros de la Junta y nos encontramos con un patrullero y varios policías afuera de la misma. La primera impresión fue de sorpresa. Nos preguntábamos ¿Qué hacían esos policías allí?

Entre bromas y tratando de dar respuesta a varias preguntas alguno dijo: “se ve que alguien se adelantó a la nostalgia y mando (o pidió) policías para custodiar la Junta, no son como los de antes pero algo es algo. Capaz que la próxima sesión vamos a tener que pasarle por escrito lo que vamos a decir, para ver si lo aprueban”.

Más allá de esta chanza, todavía me surgen preguntas. ¿Por qué estaban esos policías allí? ¿Fue una solicitud de alguien de la Junta? ¿Cuál sería el objetivo de este hecho? ¿Amedrentar a alguien con la presencia policial el pleno 2018? Probablemente nunca obtenga respuestas razonables a muchas de ellas.

El otro hecho que sucedió ese mismo día, casualmente (o causalmente ligado al hecho anteriormente narrado, nunca lo sabremos), fue que luego de dos semanas sin concurrir al plenario, volvió a presidir el cuerpo el Sr. Felipe Bruno, como si nada hubiera sucedido en estas semanas, utilizando el Partido Nacional la estrategia del avestruz.

Se ha dicho que este animal esconde su cabeza bajo la tierra cuando está en peligro, sintiéndose así a salvo, a pesar de que su gran cuerpo permanece en la superficie, visible para todos, incluyendo a aquel que representó para el ave una amenaza.

Esta actitud en apariencia absurda, ha servido como metáfora para quien se refiere a la cobardía infantil de quien esquiva a los problemas “ocultando” la cabeza como el avestruz”, ignorando deliberadamente la realidad del entorno, como queriendo con eso que de forma mágica esta realidad y sus problemas se esfumen y no salgan al encuentro del que se oculta de ellos aunque su forma de ocultarse le haga visible y vulnerable de igual o peor manera.

Así entonces, escondiendo la cabeza como el avestruz, los dirigentes del Partido Nacional pretenden ocultar que todavía siguen sin dar respuesta a la solicitud de renuncia del Sr. Felipe Bruno a la presidencia de la Junta Departamental de Tacuarembó, por parte del Frente Amplio.

Tampoco se los ha escuchado pronunciarse respecto a los argumentos por los cuales el Frente Amplio solicita esta renuncia. Este colectivo entiende poco ético que el órgano de mayor contralor del ejecutivo departamental este presidido por alguien que mantiene una deuda con la Intendencia Departamental de Tacuarembó y está catalogado de moroso contumaz. Silencio estampa también mantienen sobre los dichos expresados en un programa radial en donde afirma que “algunos se han llevado la Intendencia para la casa”.

Las únicas expresiones sobre el tema hasta ahora del Partido Nacional fueron un comunicado de su bancada de ediles (que nada dice sobre los dichos del Presidente); y las argumentaciones de algunos ediles en el plenario con motivo de la renuncia a la segunda vice presidencia de nuestro compañero Oscar Depratti, en donde algunos manifestaron el total apoyo a su compañero de Partido, así como también atribuyeron sus dichos a el enojo por la situación que estaba atravesando, y que además las declaraciones las había hecho fuera del recinto. El estado de ánimo y el lugar donde las dijo parecen ser razones que justifican sus expresiones.
Lo importante parece ser las formas y no el contenido. Cabe recordarles que nunca se pierde la calidad de curul, se es edil en la Junta, en la radio, en el parque, más aun ocupando el máximo cargo del órgano.

Por último debo advertirle al oficialismo tacuaremboense que esta estrategia del avestruz, de esconder la cabeza bajo la tierra, como si fuera un hechizo que consiste en la invisibilidad aparente y desaparición mágica de los problemas amenazantes, no les va a resultar. El Frente Amplio, y particularmente la bancada de ediles, seguirán trabajando hasta las últimas consecuencias.

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