La discusión sobre temas educativos se ha instalado en el centro del debate desde hace un buen tiempo. Se plantea a nivel político, en los medios de comunicación y es tema de debate en muchas reuniones.
Desde muchos ámbitos se hacen críticas al sistema educativo y se realizan predicciones apocalípticas sobre su devenir. Se dicen cosas tales como: “está todo mal”, “es todo un desastre”, “en diez años no se ha hecho nada”. Algo muy habitual en estas evaluaciones es que se hacen desde el desconocimiento total sobre el tema o simplemente se miente descaradamente buscando tener algún tipo de redito, lo que se dice comúnmente tratando de llevar agua para su molino.
Generalmente los liceos son noticia ocupando largas horas en los informativos y muchas páginas en los medios de comunicación escrita, cuando existe algún tipo de conflicto, por ejemplo los casos de violencia, brindando además una cobertura con una impronta sensacionalista del tema. Sin embargo muy poco o nada aparece en los medios sobre experiencias que apuntan a mejorar la calidad educativa.
El objetivo de esta columna no es analizar el avance en materia educativa en estos últimos años que son innegables, sino que pretende poner en conocimiento un programa con excelentes resultados que se lleva adelante en un centro educativo de nuestro departamento y que es desconocido por la mayoría de nuestros ciudadanos.
El concepto de “buenas prácticas educativas” se emplea para definir a aquellos proyectos educativos destacables e imitables que han sido evaluados y probados y, por lo tanto, considerados como buenas prácticas.
Desde el Consejo de Educación Secundaria se han puesto en práctica una serie de programas pedagógicos focalizados en diversos tipos de población: cursos de ingreso y culminación de la educación media destinados a jóvenes con rezago (Áreas Pedagógicas, CECAP, PAC, ProCES, PUE). Estos programas buscan satisfacer las necesidades concretas con propuestas específicas. En 2016, estas opciones acogieron a unos 10.000 estudiantes.
En este sentido, en nuestra ciudad el Liceo 2 “Andresito” viene implementando desde hace algunos años el proyecto denominado “Liceos con Horas de Tutorías”.
Es un programa destinado a que los adolescentes que cursan de primero a tercero de liceo lleguen con éxito al final de ese ciclo de estudios. Tienen como objetivo mejorar los aprendizajes e índices de promoción en el ciclo básico en los centros que presentan mayores índices de población en situación de vulnerabilidad,
¿Cómo lograr los objetivos del programa? La idea es apelar a la personalización del vínculo, un tutor que trabaja de manera integral con un alumno que tiene ciertas dificultades en su proceso de aprendizaje y, por ende, potencialmente, en toda su trayectoria educativa. Los profesores-tutores, que son los encargados del espacio de tutorías, reciben formación en temas estrictamente educativos: didáctica, distintas modalidades de aprendizaje, proveer algunos insumos teóricos y metodológicos para trabajar con estudiantes que puedan tener ciertas dificultades de aprendizaje.
¿Cómo funciona el sistema en la práctica? Los profesores de las distintas asignaturas derivan al espacio de tutorías a alumnos que tienen muchas materias bajas. Lo mismo sucede cuando los docentes, adscriptos, psicóloga, Profesor orientador pedagógico y/o equipo de dirección del centro educativo se da cuenta de que algún alumno es candidato a desertar tempranamente del ciclo básico de educación secundaria. Así, los adolescentes pasan a los espacios de tutoría, donde trabajan en pequeños grupos con sus tutores.
¿Qué son las tutorías? Es una atención personalizada en diferentes asignaturas con el fin de fortalecer el desempeño curricular de alumnos que presentan rendimiento insuficiente en las mismas y a través de éstas lograr motivar a los dichos alumnos e intentar elevar su autoestima en la medida en que se alcancen determinados logros.
Las asignaturas que cuentan con tutorías son: Historia, Geografía, Ciencias Físicas, Química, Biología, Idioma Español, Literatura e Inglés.
Desde el inicio de la implementación del Proyecto se han incorporado dos actores claves que hacen a la identidad del Proyecto y que deben, necesariamente, articular su rol con los actores clásicos de los centros.
Uno es el Profesor tutor que centra su tarea en los estudiantes que necesitan un especial y personal acompañamiento en los procesos de aprendizaje, así como en aspectos afectivos y vinculares de integración al grupo y al liceo. En ese sentido, junto a los profesores del curso, ayuda al estudiante a buscar y organizar la información pertinente, a leer o producir un texto, a emplear las estrategias más adecuadas para la resolución de un problema, a aprender a autocorregirse y autoevaluarse, a desarrollar su autoestima.
Y el otro actor clave es el Profesor Orientador Pedagógico que se encarga de la organización del sistema de tutorías; trabaja con alumnos que presentan algún tipo de dificultad en su conducta o rendimiento. En este sentido busca un acompañamiento personal con acuerdos con el propio alumno y con su familia, así como con sus docentes. Debe además promover la asistencia a tutorías, teniendo un eje fundamental que es el pedagógico y el acompañamiento de las trayectorias educativas.
Su trabajo además está estrechamente ligado con el de la Psicóloga del centro educativo, el del equipo de dirección y el equipo de trayectorias educativas. Asimismo, trabaja de forma permanente con la comunidad educativa toda tendiendo redes que favorezcan la continuidad educativa de los alumnos.
En períodos de exámenes acompaña a los alumnos en la preparación de los mismos.
Este año el Liceo 2 atiende a 140 alumnos en tutorías. Además de la atención personalizada, la institución les brinda vestimenta, alimentación previo a las horas de tutorías (frutas, yogur, bizcochos) y útiles escolares. Ósea que no sólo se cubre lo específico de las tutorías sino que también se estudian casos en que los alumnos manifiesten otro tipo de necesidades y se organiza la mejor forma de atenuar esa situación.
Hay cifras de impacto en promoción, que indican que en los liceos donde hay tutores los estudiantes mejoran sus desempeños liceales. Los resultados muestran que una mayor participación de las tutorías se asocia con mejores calificaciones y menores inasistencias. Este año en los períodos correspondientes los alumnos monitoreados para rendir exámenes en el liceo 2 obtuvieron un 92 % de aprobación. Al mismo tiempo, desde 2012 se observa una tendencia creciente en el porcentaje de aprobación.
Cabe resaltar el excelente trabajo del equipo docente del Liceo 2 vinculado al programa de tutorías (POP, Docentes de tutorías y de aula, Psicóloga, Equipo de Dirección, Adscriptas), llevado adelante con mucha responsabilidad y profesionalismo pero sobre todo con gran compromiso y sensibilidad.
Por último creo que estas buenas prácticas educativas deben ser conocidas y extendidas en la medida de las posibilidades. No es la única experiencia positiva desde lo público, que se lleva adelante en nuestro departamento, pero si es sumamente enriquecedora y esclarece algunos de los caminos que hay que llevar adelante.
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